
Dirección: Rainer Warner Fassbinder
Origen: Alemania
Intérpretes: Hanna Schygulla, Harry Baer, Ingrid Caven, Carla Egerer
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Título: Villa (2008)
Dirección: Ezio Massa
Origen: Argentina
Intérpretes: Adrián Spinelli, Diego Sampayo, Miguel Zárate
El mejor cine porno -dicen- lo hacen los suecos.
¿Por qué? ¿Por qué Suecia y no Nigeria? Porque Suecia tiene una de las sociedades más conservadoras que se conocen. El gobierno es estable, seguro, la vida es aburrida. Y sus habitantes, fríos y distantes, utilizan la cámara como una excusa para manifestar sus represiones más oscuras: fist fucking, bukkake. Les gusta rudo.
El mejor cine sobre villeros –digo yo- lo hacen los villeros.
Me explico: una vez, en un festival de cortos vi unos cortos hechos por gente de la villa, como parte de un programa cultural. Y me parecieron excelentes.
Se veían mal, se escuchaban peor, pero no podían ser de otra manera. No estaban pensados para impresionar en festivales europeos, sino para contar su propia historia, trágica y excitante.
En un mundo más justo todos tendríamos la posibilidad de filmar una película.
Tal vez así los cineastas actuales se dediquen a hablar de eso que conocen, que los obsesiona, los persigue y más corroe: la guita.
Título: El Secreto de Sus Ojos (2009)
Director: Juan José Campanella
Origen: Argentina
Intérpretes: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella y Pablo Rago
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Los directores latinoamericanos suelen estar muy comprometidos con la realidad social, y hacen películas por dos motivos: el amor al cine y el amor a sus convicciones. Como diría una vez Carlos Fuentes, intentan conducir con una sola mano dos caballos: el estético y el político (y quizás son, en el fondo, el mismo caballo). Juan José Campanella, no exento de esta norma, hizo una película que exuda kirchnerismo.
Los que habrán leído el estatuto de este blog sabrán que aquí “no se apreciará una película por su ideología política o mensaje, sino por su nivel artístico”. ¿Por qué? Porque mientras D’Elía manifiesta su compromiso K con piquetes, y mientras que De Vido o el propio Kirchner lo hacen con mentiras y traiciones, Campanella hace cine, la forma más pura y entretenida de decir lo que uno piensa. En fin, toda idea política es correcta, mientras se la sepa expresar.
Ahora vamos.
El Secreto de Sus Ojos la va de un abogado honesto y jubilado (Darín) que quiere escribir la historia de su vida pero no puede, y es que está incompleta. Un hecho injusto ocurrido en los 70’s ha puesto en suspensión su existencia. Si no resuelve hoy esa injusticia (que todos le dicen que olvide), su vida no tiene sentido.
Se trata de la violación seguida de muerte a una chica inocente. El agresor se trataba de un pibe con parientes en el gobierno. Las autoridades culparon a otros “negritos de mierda” como coartada y archivar el caso y dejar que muera. Argentina, digamos.
Darín, Francella y Villamil son los abogados que luchan por hacer justicia, mientras que sus jefes tratan de impedirlo. La guerra subversiva parece más importante que una muerte. Por miedo, ese típico miedo de la clase media argentina, Darín huye y el caso queda en la nada. Recién en la actualidad, con la democracia, se resuelve. Fin.
Argumentos como éste hay de sobra en nuestro país. De hecho, cuando parece que la gente ya está cansada de ver películas sobre la dictadura militar, viene El Secreto de Sus Ojos y se convierte en un éxito de taquillas. ¿Cómo pasó? La respuesta es obvia: Darín y Francella.
Francella hace aquí el mejor papel de su vida, y Darín, como siempre, es adorablemente argentino. A veces queremos ver a un tipo diciendo “hay dos clases de pelotudo, está el pelotudo que sabe que es pelotudo…” Nos hace sentir bien.
Si no fuese por Campanella, esta película sería aún mejor. Los momentos emotivos, los primeros planos con música y llanto, que están para conmover a las viejas en el cine, lo arruinan todo. Tampoco soy muy fanático de sus encuadres, donde siempre hay algo fuera de foco, algo que se interpone entre la cámara y los personajes. Pero eso ya son gustos.
El Secreto de Sus Ojos es la expresión del espíritu progre y kirncherista, pero es mucho mejor que el kirchnerismo. Es la idea abstracta de lo que tendría que ser, y no de lo que es.
Tal vez en treinta años alguien haga una película sobre cómo Kirchner traicionó a sus amigos, cómo su gobierno dividió al país, cómo se gastó inútilmente la plata del Anses, cómo utilizaron a los pobres como fuerza política, cómo afectaron al sector privado... Pero para entonces va a ser demasiado tarde, como siempre pasa.
Título: All About Eve (1950)
Director: Joseph L. Mankiewicz
Origen: USA
Intérpretes: Bette Davis, Anne Baxter, Marilyn Monroe
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All about Eve fue, además de Titanic, la única película en obtener 14 nominaciones a los Premios Oscar. Esta es la prueba irrefutable de que los Oscar son una mentira.
El problema: es una peli innecesariamente larga, porque todo está dialogado, charlado, hablado: no paran de hablar. Sí, sí, corran todos: como una puta obra de teatro! Hubiese sido igual de buena, con su moraleja y todo, con quitarle unos minutitos, digamos 20. Ya a los ocho minutos que empezó la peli uno ruega que se calle la voz en off.
Ahora caigo en cuenta que para ganar el Oscar no hay que hacer más que una película larga, ése es el requisito. Hay que ver quién la tiene más larga:
LOS DIEZ MANDAMIENTOS: 220 MIN.
DANZA CON LOBOS: 236 MIN.
EL PADRINO: 175 MIN.
BEN HUR: 212 MIN.
Kevin Costner!?
Pero a qué voy. All about Eve tiene tantas cosas para ser olvidada, que sólo le bastó una para ser recordada por siempre: El Ultimo Plano.
El último plano de All About Eve es tan bueno que, psé, qué mierda, denle un Oscar si quieren. Resume todo, dura el tiempo exacto y te deja aplaudiendo en tu living.
Así que lo siento, lector: te recomiendo All About Eve.
Es por tu bien.
Y como sería estúpido mostrarles ese último plano,
los dejo en compañía del gran Marcello Mastroianni.