Título: Under Capricorn (1949)
Director: Alfred Hitchcock
Origen: Reino Unido
Intérpretes: Ingrid Bergman, Joseph Cotten, Michael Wilding
***
Los hombres de genio son así: egocéntricos. Creen que no hay límites para su talento. Piensan que pueden filmar un cumpleaños de quince y entregarnos una puta obra maestra.
Entonces se olvidan de que ellos también son humanos, y así como nosotros vamos y nos casamos con nuestras novias de la secundaria, los grandes directores filman lo primero que les cae a la mano y piensan “yo puedo hacer algo grande con esto”.
Under Capricorn, la 37a película de Alfred Hitchcock, es una mierda. Creo saber por qué.
Por empezar, el guión parece una novela de Facundo Arana: gente que escucha conversaciones detrás de la puerta, mucamas que conspiran contra los amos, confesiones sumamente explicativas y emocionales, e incluso una ambientación que resulta innecesaria: la película transcurre en
Las actuaciones de Joseph Cotten e Ingrid Bergman, y por supuesto, unos tremendos travellings de Hitchcock, hacen que todo sea más llevadero. (Aquí quiero hacer un paréntesis para honrar a Joseph Cotten. Algunos hombres se ponen como meta escalar montañas, otros leer la obra completa de Proust, yo me he decidido ver todas las apariciones en pantalla de Joseph Cotten, a quien idolatro).
Decía: Under Capricorn es un melodrama, y dado que Hitchcock pasó a la historia como el maestro del suspenso, deberíamos asombrarnos; es que se sentía más atraído por la psicología de los personajes que por su estado emocional. Supongo que la razón por la cual esta película no es buena es la siguiente: Hitchcock -como buen hombre de genio- no tenía sentimientos. No me lo imagino llorando por un amor perdido, contando todo a moco tendido, de hecho no lo imagino pensando en otra cosa que no sea el CINE.
Los genios a veces fallan. El tiempo, por suerte, tiende a olvidar los errores. Otras 48 grandes películas se encargaron de opacarlos.
Y Hitchcock será por siempre el mejor.
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