miércoles, 7 de octubre de 2009

ZODÍACO, DE DAVID FINCHER

Título: Zodiac (2007)

Dirección: David Fincher

Origen: USA

Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Robert Downey Jr. y Mark Ruffalo

***

Me acabo de enterar: la película que vi anoche era de David Fincher.

¿Se acuerdan de Fincher? Hará unos años nos dio la esperanza de que el cine de Hollywood aún tenía cosas para dar. Le sacó una de las mejores actuaciones a Edward Norton, a Michael Douglas. Utilizó mejor que nadie un tema de Pixies… Pero desde Fight Club a esta parte algo sucedió con Fincher: el éxito, y el miedo perderlo, le cortaron el pene.

Zodíaco tiene una buena historia: un asesino serial, obsesionado con el cine, toma ejemplos de sus películas preferidas y sale a matar, sólo por placer. El Zodíaco busca prensa: quiere que hagan una película sobre él. Y algo así sucede: en la mitad de la investigación, el detective (Mark Ruffalo) y el periodista (Jake Gyllenhall) se encuentran en un cine viendo Dirty Harry, que es casi una adaptación del caso del Zodíaco (que fue real). En esta escena, una de las mejores de la peli, Ruffalo se da cuenta que la vida real no es como en el cine, que el Zodíaco es un caso perdido.

Entonces imaginé toda una metáfora acerca del cine. Pensé –en vano- que Fincher quería mostrar que el mundo moderno, encerrado entre la burocracia y la ciencia, estaba matando el séptimo arte. “No puedes solucionarlo todo con un tiro en el pecho”, dice Ruffalo, y se va. Pero la película no acaba ahí.

Lo que hace Fincher es una reconstrucción del caso del Zodíaco absolutamente literal: un documento periodístico de casi tres horas. Pasada esa escena del cine, Gyllenhall se empieza a obsesionar cada vez más con el Zodíaco (aunque nunca se entiende bien qué lo impulsa), hasta que descubre algunos datos nuevos y edita un libro que se hace Best Seller. La investigación se reabre y una vez más la burocracia: no se puede incriminar al tipo hasta conseguir una prueba caligráfica, no bastan estas pruebas, etc…

Será que así lo quería Fincher: si vamos a mostrar cómo la realidad mata al cine, entonces hagamos una película donde el cine esté muerto: hagamos periodismo.

Si hay alguna metáfora escondida tras de eso, no quiero ni verla. Prefiero quedarme con la película que imaginé que podrá haber sido.

Luego, ya sabemos, Fincher hizo The Curious Case of Benjamin Button, pero mejor no hablar de ciertas cosas. Sólo me queda preguntarme ¿Por qué dura tan poco el talento?

No hay comentarios: